Marzo de 2008 será recordado por años como el comienzo de un capitulo diferente en la historia de nuestro país. El valor internacional de los productos agrícolas despegaba a niveles insospechados meses atrás, el gobierno atento a esta circunstancia y esgrimiendo razones que no resultaron demasiado claras dictaminó el 11 de marzo de 2008 la Resolución 125 que implementaba retenciones móviles al trigo, el maíz y la soja. Tal situación despertó un conflicto que duro más de 120 días.
Para obtener una salida elegante después de 4 meses de conflicto, el PEN envió al Congreso un Proyecto de Ley para ratificar la Resolución 125. El 4 de julio, después de varios días de debates y discusiones en comisión se trato en el recinto en una de las sesiones mas largas de la historia.
El Diputado Ardid votó de manera negativa el proyecto y lo fundamentó de la siguiente manera:
Verdaderamente nos encontramos en una situación histórica por lo prolongado y virulento que ha sido este conflicto. Desgraciadamente las pasiones que se han despertado a lo largo de estos 110 días han terminado empañando la razonabilidad que debimos haber mantenido. Todo eso ha sucedido porque en el marco de estas posiciones tan encontradas se ha perdido el diálogo que posibilita el intercambio de ideas.
Desde un primer momento nosotros expresamos con claridad que la resolución 125 establece un nivel de retenciones inconstitucional y confiscatorio. Seguimos pensando exactamente lo mismo y que, por lo tanto, debemos legislar para tratar de pacificar al país actuando -como nos manda nuestra Constitución Nacional- para consolidar la paz interior, la unión nacional y afianzar la justicia.
Así llegamos a las consecuencias que desgraciadamente ha provocado esta tristemente célebre resolución 125 y la solicitud de su ratificación que ha sido remitida a este Congreso.
Con sinceridad, en este momento no puedo menos que expresar mi malestar. Pese a que debemos agradecer la muy buena predisposición puesta por todos los diputados, me siento dolido por lo que casi estoy entendiendo como un manoseo por parte del oficialismo.
A la luz de lo que ha expresado el presidente del bloque de la mayoría, quien no me cabe duda ha desarrollado una enorme labor, quizás si hubiéramos trabajado un poco más nuestras posiciones no habrían sido tan encontradas.
Todo esto me recuerda que no hace mucho tiempo como ciudadano común yo le reclamaba a los legisladores de mi Congreso que por favor empezáramos a legislar pensando en políticas de Estado y dejáramos de lado los actos espasmódicos de crear leyes que terminarán siendo parche sobre parches.
Desgraciadamente, esta ley va en ese sentido. Tengo que decir que eventualmente, como ya se ha dicho en tantas oportunidades, verdaderamente esto es algo que es una delegación de poderes, que no corresponde, que viene de un Código Aduanero establecido por un gobierno de facto que no podía menos que atribuirse esta situación, ya que no había Congreso que lo regulase.
Es el Congreso el que tiene que ser el encargado de regular este régimen porque es el poder al que nuestra Constitución, nuestra norma máxima, lo ha delegado, y así tiene que ser. Porque, si no, estaremos incurriendo sin ninguna duda en la violación del principio de legalidad tributaria que debiera existir.
Si bien es cierto que estos tributos existen desde hace muchos años y no vamos a discutir que son una herramienta valiosa, y también que en este momento y en este país las retenciones son necesarias, no podemos al menos como diputados de la Nación que elevar nuestra voz en contra de esto porque sinceramente, vuelvo a repetirlo, es confiscatorio. Eso no lo podemos permitir. (Aplausos.)
Hubiera querido de todos, y me incluyo, la generosidad de haber pensado en lo que hace un rato expresaba. Hubiera querido que todo este tiempo, todo esto que hace muy poco rato nos termine de decir el oficialismo, terminando prácticamente de conocerlo sin tener oportunidad de internalizarlo, lo hubiéramos hablado antes. Reitero que con esto sólo estamos emparchando.
Ojalá hubiéramos conseguido, por la grandeza que nos hubiera correspondido a esta altura de las circunstancias que nos toca vivir, elaborar una política de Estado agropecuaria, que permitiera que de una buena vez este país empezara a funcionar, por lo menos en el rubro más importante que tenemos en esta economía con una base sustentable, dejando de ver con envidia algo muy sencillo que están haciendo nuestros vecinos, que es justamente establecer políticas de Estado para poder seguir creciendo armoniosamente.
En última instancia, es cierto que las retenciones tienen una parte impositiva y también es cierto que los impuestos no son ni caros ni baratos sino simplemente justos o injustos, y este es altamente injusto, porque es regresivo, porque no distingue a quien grava, y además tiende a desalentar la producción, cuando en realidad el mecanismo que debiéramos usar es el del impuesto a las ganancias que a través de este Congreso posiblemente no hubiera ningún impedimento en elevarlo a los niveles que quisiéramos. Y no tendríamos que estar generando en este momento alambicados mecanismos que no sabemos cómo van a terminar ni qué aceptación tendrán por los directamente afectados, para tratar de ver cómo emparchamos.
Nosotros fuimos de los primeros en presentar un proyecto alternativo, que era menos confiscatorio. Directamente no era confiscatorio hasta los niveles francamente elevados, donde sin ser confiscatorio sí tomaba una parte algo mayor de la renta. También en este proyecto nosotros estamos expresando que al cabo de tres o cuatro años estas retenciones debieran desaparecer porque en el ínterin deberíamos implementar el impuesto a las ganancias, y es este Congreso de la Nación el encargado de establecer ambas cosas, es decir, de establecer la temporalidad que deben tener y de fijar un tope máximo y un tope mínimo.
Estamos absolutamente de acuerdo con las retenciones móviles creo que en esto concordamos absolutamente todos , y por eso lamento que no nos hayamos dado el tiempo que debimos haber tenido. Es más, como país federal que queremos, nosotros no estamos diciendo que el excedente sea para hacer lo que nuestro interior necesita. Como hombres del interior, y dado que nuestras provincias están generando en una enorme medida todo este gran volumen de dinero, estamos proponiendo la formación de un fondo federal de afectación específica con el 33 por ciento para poder realizar así las obras de infraestructura que se deben realizar.
Yo soy médico –no lo digo para hacer marketing ni para que me conozcan como tal y desde el inicio de mi carrera aprendí dos cosas. Una de ellas es primum non nocere, que significa que lo primero ante todo es no hacer daño, y la otra –y en esto tiene mucho que ver la afectación del cuerpo social que ha sufrido esta República y que ha puesto en grave peligro su paz social es que cuando nosotros los médicos le damos un medicamento a un paciente y le hace mal, se lo debemos cambiar.
Todos estos mecanismos de compensación que nos han contado y demás nos parecen espléndidos y no tenemos menos que aplaudirlos. Vuelvo a repetir que no sé si esto alcanza, pero por lo menos está empezando a demostrar una apertura mental en el sentido de que la herramienta hasta ese momento establecida no era la adecuada para la situación que estaba viviendo este país.
Yo me reía, hasta que ahora adquirí esa vivencia, de esa frase que decía “Ahora que yo me aprendí todas las respuestas me cambiaron todas las preguntas”. Ojalá que eso no nos siga pasando. Ojalá tengamos la facultad y mucho más tiempo para internalizar todas estas cosas, que para nosotros empiezan a ser noticias nuevas.
Solamente quiero hacer un par de preguntas, como por ejemplo qué pasa con el trigo que hoy se está implantando, porque todavía no están establecidas las reglas como deberían estarlo. Quiero anticipar que en el proyecto que nosotros hemos presentado establecemos, a través de retenciones móviles, las curvas de soja, de maíz, de trigo y de girasol. Están absolutamente todas contempladas, a ver si hacemos verdad eso de que no queremos la sojización de este país.
Por último, queda un elemento central, que es lo que decía anteriormente sobre el impuesto a las ganancias. Me parece muy bien que gravemos extraordinariamente no las rentas extraordinarias porque muchas veces no estamos tomando en cuenta el costo que ha tenido el conseguir esa renta extraordinaria sino las ganancias extraordinarias. Como para aportar una idea, y ya que de retener ganancias extraordinarias se trata –lo que sería verdaderamente justo , diría que dentro de la reforma integral que necesitamos tendríamos que ver qué está pasando con otros sectores que verdaderamente tienen unos impuestos a las ganancias fabulosos, como el sector del juego. Este último, pagando muy poco, trabajando prácticamente sin ninguna inversión y sin ningún riesgo, bajo techo, calefaccionado, junta miles de millones de dólares sin que nadie diga nada en este país.
Recordemos que la justicia tributaria se debe basar en la igualdad, es decir que si gano lo mismo que mi vecino, debo pagar lo mismo que él, y aquel que gana más deberá pagar más.
Por todo lo expuesto, pero fundamentalmente porque es inconstitucional y confiscatorio, no puedo acompañar el dictamen que presenta el oficialismo. (Aplausos.)
No hay comentarios:
Publicar un comentario